Está de moda la comida de Km 0 o "slow food". Que, ¿qué es esto? Cocina de proximidad. Mucho nombre raro para explicar que lo último es hacer platos con productos de la tierra, de ahí lo de proximidad. La gracia es que no pase mucho tiempo desde que el alimento en sí abandona la huerta para pasar al plato, para así conservar todas sus propiedades intactas. Quizá un nombre muy pretencioso para vender una cocina poco elaborada, sencilla y sana. Todo un reclamo en días de nitro palomitas y deconstrucciones nacidas en 'Can Bulli' e imitadas hasta la saciedad.
Pero lo interesante de este local no son sus pizzas hechas en horno de leña ni sus risottos con setas de la comarca del Bages, sino su oferta de cocktails. Es difícil encontrar un sitio decente que no cobre una media de 12 o 15€ por un gintonic.
En Toto (C/ Valencia 246) -decorado por el diseñador de moda en la capital catalana, Lázaro Rosa Violán- hay una oferta de lunes a viernes: cocktail y apertivo por 6,50€ -eso sí, sólo de 18:00 a 21:00-. No ponen pegas, tu escoges la bebida sin ningún tipo de restricción y lo hacen con el mismo esmero y ganas, sino más, que en los sitios que cobran el doble.
El aperitivo, para ser sinceros, es microscópico, pero no es el motivo de la visita.
Pedimos un cosmopolitan y un mojito:
Sin duda un buen sitio donde parar a tomar algo con los amigos después de un día estresante, y si aprieta el hambre siempre se puede sucumbir a sus "sanas" propuestas.
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