domingo, 3 de marzo de 2013

Un japonés más en Barcelona

En el centro de Barcelona, en la calle València con Passeig de Gràcia, se encuentra el restaurante Miu Japonés. Se trata de unos de los locales que forman parte del Grupo Andilana, con presencia en Girona, Madrid y Palamós, además de Barcelona. 


La estética del restaurante es bastante singular. El comedor no se encuentra a pie de calle, sino que al entrar simplemente encontramos una sala con unos sofás y decenas de láminas con dibujos orientales que adornan las paredes y el techo. Un cartel nos pide que esperemos ahí a ser atendidos, pero tras aguardar varios minutos, decidimos saltarnos la indicación -puede que aún estuviésemos esperando.


Para acceder al salón hay que bajar unas escaleras donde ya se confirma que cada detalle de la decoración se cuida en el Miu.



Como es San Valentín no queda una sola mesa sin su pareja, pero tiene pinta de ser un restaurante donde es mejor haber reservado previamente para cenar. El salón se divide en dos partes y en cada una de ellas hay dos hileras de mesas que comparten unos enormes bancos/sillones. Los comensales están muy juntos para mi gusto, tanto que no es necesario estirar el brazo completamente para robarle una gamba del plato al vecino de al lado. (Bueno, una pequeña pega sin importancia, pero incómoda para los que no estamos acostumbrados esta distribución tan 'parisina').


Como se aprecia en las fotografías el estilo decorativo es totalmente oriental, que ellos mismos definen como "nipon", pero con rasgos vanguardistas, como los sillones de piel con tachuelas, y donde destaca un juego de colores turquesa-blanco, igual que los tonos corporativos.


La carta es bastante completa: tiene todo lo básico que el comensal espera más algunos añadidos, como los fideos trufados o las ebi chili. Nosotros somos bastante tradicionales y como es nuestra primera visita (y no venimos con mucha hambre) decidimos no arriesgar demasiado.

Empezamos con unos fideos Yakisoba -verduras, calamar y gambas- y unos Yakitori, la típica brocheta de pollo, que viene con salsa teriyaki y esta vez acompañada de cebolla tierna. No está mal, pero siendo críticos he probado de más jugosas (5,82€ las dos brochetas), los fideos están bastante buenos, aunque con demasiada cebolla (6,77€).



Seguimos con el sushi: pedimos un variado que se llama Sushi No Mosiawase. Viene con ocho makis de salmón y seis piezas de nigiris variados, todos ellos sabrosos, con un buen corte y la proporción adecuada de pescado y arroz. La calidad es correcta. El variado cuesta 15,68€.


Seguimos con una pieza un poco más especial: el nigiri de ikura (huevas de salmón con una base de arroz). Delicioso, aunque no gusta a todo el mundo. Lo sirven a una temperatura ambiente, no demasiado frío que permite captar mejor el sabor. (2,64€ la pieza)


Para acabar sushi de foie, otro pequeño placer. Se sirve el último de todos porque es el que tiene un sabor más fuerte. ¡Es exquisito! Una base de arroz, con dos piezas de foie calientes recubiertas por una alga y sal Maldon. Cada pieza cuesta 3,36€.



Para acabar, como hemos dejado hueco para el postre, pedimos un pastel cremoso de chocolate blanco con fondant negro (parece cheesecake, verdad?) y una mousse de chocolate. El pastel se deshace en la boca y la intensidad del chocolate, al no ser muy alta, hace que este pastel sea un postre apto para todos -tanto para los amantes del chocolate blanco y como para los que no-.


La mousse está rica aunque no es nada sorprendente. Su base crujiente, como una especie de crumble de chocolate, no acaba de convencer, aún así se agradece que hayan hecho un hueco para el chocolate en una carta de postres de un restaurante japonés. Como es habitual no faltan los mochis y los postres a base de sésamo, te verde y sake. Los nuestros cuestan 4,50€ el primero y 4,95€ el segundo.


Para beber pedimos agua y vino blanco. La carta no es muy extensa. Nos decantamos por probar el XII Subirat Parent 2011, uno de los primeros vinos de las cavas Agusti Torelló Mata, con DO Penedés. Es un vino suave y muy mineral, casi transparente (como se ve en la foto) y poco oloroso: perfecto para aquellos que no están acostumbrados a beber vino. Es ecológico y la botella cuesta en el restaurante 10,14€. Buscando por la red vemos que está considerado uno de los mejores 8 vinos blancos del Penedés. Para gustos....


Como detalle, nos traen este pastelito del día de los enamorados (cortesía de la casa). Estamos un poco llenos pero lo probamos y... nos sorprende muchísimo! El corazón es una crema fría de frambuesa de lo más agradable, y se sujeta sobre una montaña de merengue y salsa de frambuesa. Un buen detalle que acompañan por dos copas de cava rosado. Todo muy fino y riquísimo.


Así que si se quiere pasar un rato agradable con una pareja o en grupo (tienen una gran mesa de marmol destinada a pequeñas reuniones de amigos) el Miu es una buena alternativa, céntrica y a un precio razonable. Como dice el slogan del local "Meet the sushi" en Bcn.

No hay comentarios:

Publicar un comentario