domingo, 17 de marzo de 2013

Un trozo di Italia en Barcelona

En la zona del Borne, a pocos minutos a pie de Arco Triunfo, se encuentra el Alta Italia, un pequeño restaurante de pura esencia italiana. En la entrada, una pizarra en el suelo que indica que tienen menú al mediodía nos da una primera impresión un poco equivocada. En el interior el ambiente cambia: unas pocas mesas, no más de diez, sillas altas y cómodas, paredes de piedra y espejos y una luz tenue muy agradable.

entrada


El local lo dirige un italiano llamado Nicola Villano, que se encarga de las mesas sin ayuda alguna pero con mucha eficiencia. La carta no es muy extensa pero encontramos de todo un poco. Entrantes como carpaccios, ensaladas y variados de quesos, primeros platos a base de pasta, carne o pescado y sus postres típicos. Los platos van variando con el tiempo y a demás de los fijos y las sugerencias de la casa, el propio Nicola te comenta las pastas del día que hacen ellos mismos. Esta vez eran ravioli de gorgonzola y pera y ravioli de espinacas y nueces.

Nos cuesta decidir, queremos probarlo todo y hay nombres que no hemos oído nunca y ni sabemos qué son, así que pedimos ayuda. Acabamos decantándonos por unos entrantes de carne:

Carpaccio ternera pera

Carpaccio de ternera con parmesano y pera con un toque de limón y pimienta. La carne es muy buena y la pera le da el toque diferente. El parmesano es delicioso.

Bresaola carpaccio ternera

Y la bresaola que viene acompañada simplemente de champiñones y unas cuantas hojas que le dan el toque verde. Se trata de una carne de ternera curada cortada a finas lonchas con un intenso sabor. Una opción si se quiere salir del típico carpaccio de buey o ternera.

Seguimos con la pasta. Probamos una de las propuestas del día, los ravioli de gorgonzola y pera, y uno de los platos de la carta que más nos llaman la atención: los spaghetti con bottarga y huevas.

Pasta pera gorgonzola ravioli al burro

La pasta rellena es muy buena, está al dente y la salsa a base de mantequilla es suave para dejar disfrutar de la pera y el queso. Una buena elección sin duda.


Los spaghetti a la botarga y mantequilla son todo un descubrimiento. Cuando los pedimos, nos preguntan si nos gusta el pescado porque es una condición necesaria para degustar este plato. La bottarga que acompaña la pasta es un polvo hecho a base de huevas de pescado saladas y secas. Le da un sabor y una textura diferente que se suaviza con la mantequilla. Las huevas le ponen en punto final perfecto. Nos dejan un pequeño bol con más botarga por si queremos añadir más.

Tras la pasta estamos muy llenos pero aún así queremos probar alguno de sus postres. Pedimos la carta pero Nicola se limita a cantarnos las tres propuestas dulces que tienen en la casa: panna cotta, tarta della nonna y tiramisú. Nos decantamos por el pastelillo de café y cacao. ¡Muy rico! 

Tiramisú postre

Lo acompañamos con un pinot grigio fresco y mineral de 2011. (14,50€)

Vino y agua Alta Italia

Quitando los manteles de papel, que se pueden ver en la foto, y las copas, que no eran del todo de nuestro agrado, toda la cena en general es más que correcta. La factura reza 66,53€ y teniendo en cuenta que 17,50€ son de bebida (también pedimos unas aguas) la relación calidad precio es muy razonable, sobre todo porque cada bocado nos transporta un poco a Italia. 
Ideal para ir en pareja aunque el restaurante se adapta a todos los públicos. Para los que les gusta tomar unas copas después de la cena o incluso salir de fiesta esta también es una buena opción porque está en pleno Borne (un barrio ideal para copear), muy cerca de la parada de metro y de Renfe y disponen de otro local más grande y menús pensados para grupos numerosos y fiestas.

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