En Ganduxer 50 se encuentra uno de los restaurantes italianos más sobrevalorados de la ciudad condal: Isabella's. Hasta hace bien poco era casi imposible conseguir mesa sin reservar con antelación.
Con una decoración original y una carta reducida, los ingredientes parecen perfectos para disfrutar de una cena agradable.
Al ojear la carta nos encontramos con "pica-pica", entrantes, pizzas, pasta y un par de carnes y pescados. De entrada los precios parecen razonables y las propuestas apetecibles.
Para beber pedimos el único vino argentino que hay en la carta, pero no les queda, así que cambiamos a un Marqués de Murrieta Reserva 2005 (25€).Un rioja 84% tempranillo, 13% garnacha tinta y 3% manzuelo. Altamente recomendable.
Decidimos pedir las empanadas de carne y las croquetas de gorgonzola para empezar.
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| Empanadillas 7€ |
Aunque las prefiero al horno, como este plato es una de mis debilidades, fritas las sigo encontrando deliciosas. La carne cortada a cuchillo bien adobada.
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| Croquetas de gorgonzola 9€ |
Las croquetas son muy cremosas, algo pequeñas y quizá demasiado suaves. No podría asegurar que no estuviesen elaboradas con cualquier tipo de queso cremoso.
Y como principales el risotto de espárragos con salva cremasco -un queso blando italiano elaborado con leche entera de vaca- (16€ la ración, 10€ 1/2).
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| Risotto 16€ |
Y los ravioli de trufa con mantequilla (15€), la ración viene con 5 unidades -existe la opción de pedir media por 9,50€-.
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| Ravioli 15€ |
El aroma inmejorable pero el sabor algo imperceptible -algo habitual cuando se pide algo que lleva trufa, dado el precio del tubérculo, suelen escatimar en su uso-.
Interior: el local está adornado con fotos de algunos de sus clientes famosos como Xavi -el jugador del F.C.Barcelona- Messi, o el mismo Guardiola -pero en la factura que acompaña a su foto sólo aparecen un café y un croissant-.
Ventajas: la decoración del local, la terraza, la música en directo -guitarra y contrabajo-.
Inconvenientes: El trato de los camareros es aborrecible. Si se es "de buen comer", entrante y plato no son suficientes para saciar el apetito.
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| Interior de Isabella's |
EL DETALLE
Pedimos sentarnos en la terraza. El camarero nos dijo que hacía frío y que ya habían probado otros comensales y habían vuelto dentro. "Soy del norte, creo que podré aguantarlo", bromeé, "a no ser que os dé más trabajo si nos sentamos fuera, preferimos la terraza". "Sí, nos da más trabajo", atajó. Así que nos hizo sentarnos dentro.
Después la cena fue en picado: Los platos llegan atropellados y fríos a una mesa estrecha. Para rematar la faena, en la cuenta el precio del vino aumenta 5€ con respecto al de la carta , algo que corrigen no con muchas ganas -esto obliga a revisar el resto de la dolorosa por si se les ha escapado otro "pequeño error".
Al total hay que sumarle 2,00€ por persona que llaman "pan y aperitivo" -no os ilusionéis, es sólo pan-.
En resumen, pagar más de 78€ por 5 raviolis, arroz con queso y unos entrantes, con un servicio y una atención indignantes no entra en mis planes. Un desastre de cena. Eso sí, el vino altamente recomendable.
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